Por: Patrick Manning K.
En el artículo titulado “BREVE HISTORIA DEL VIDRIO” publicado previamente, se menciona que el uso del vidrio se remonta aproximadamente al año 3500 a.C. Inicialmente, se utilizaba en la elaboración de collares, vasijas y pequeños frascos, como los de perfume. No fue hasta la época del Imperio Romano, alrededor del año 100 a.C., que el vidrio comenzó a emplearse en las ventanas. Estas primeras ventanas eran muy diferentes a las actuales: estaban formadas por pequeños fragmentos de vidrio grueso y opaco, y eran extremadamente costosas, asequibles solo para la nobleza y los comerciantes adinerados.
Vidrio Comercial (Broad Glass)
El vidrio comercial, similar al vidrio para ventanas que conocemos hoy en día, no se desarrolló hasta aproximadamente el siglo XI. En este proceso, se tomaba vidrio fundido con un soplete y se soplaba para darle la forma de un pequeño globo alargado. Luego, se cortaban los extremos y se partía el cilindro con unas tijeras mientras el vidrio aún estaba caliente, para después aplanarlo sobre una placa de hierro. El vidrio resultante era pequeño, desigual y bastante opaco.
Vidrio de Corona (Crown Glass o Table Glass)
El proceso para fabricar el vidrio de corona fue posiblemente desarrollado por los sirios en el siglo VII, sin embargo, la fabricación de panales de ventanas de vidrio fue perfeccionado por los vidrieros franceses en la década de 1320. La producción se centraba en Normandía, donde algunas familias de sopladores de vidrio monopolizaban el comercio y gozaban de un estatus casi aristocrático. El vidrio de corona no se fabricó en Londres hasta 1678.
El vidrio de corona era más transparente y de mejor calidad que el vidrio comercial. Este tipo de vidrio se fabricaba en placas circulares planas, conocidas también como Table Glass. El proceso consistía en soplar una burbuja de vidrio, aplanarla y transferirla al pontil (una varilla de hierro sólida). Luego, se recalentaba y se hacía girar a gran velocidad, formando una gran placa circular o disco plano de hasta 1,5 metros de diámetro, gracias a la fuerza centrífuga.
No obstante, el vidrio producido tenía un grosor desigual, siendo los bordes mucho más delgados que el centro del disco. Los vidrieros dejaban de lado el vidrio central más grueso, llamado “bullseye” (donde se unía la varilla del soplador de vidrio), para ventanas menos costosas. Para proyectos que requerían vidrio de alta calidad, solo se utilizaban pequeñas formas cortadas de los bordes exteriores para mantener un espesor relativamente constante.

Desde mediados del siglo XVII, el proceso del vidrio de corona fue gradualmente reemplazado por el proceso del cilindro, del cual hablaremos en detalle en nuestro próximo artículo.
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